Te contamos como plantar y cultivar tus gladiolos! estas hermosas y tradicionales bulbosas son una maravilla de color que nunca dejan de sorprender!
Los gladiolos son originarios de zonas subtropicales, de muy fácil cultivo y de una gran variedad de colores. Al ser originarios de Sudáfrica y el mediterráneo, podemos inferir las condiciones de cultivo en las que prosperarán: Abundante luz durante su crecimiento, temperaturas cálidas y una moderada sequía, nunca un exceso de agua!
Plantación
Elige un lugar que tenga buena exposición solar, donde no haya arboles cerca que sombreen las plantas de gladiolo. Debido a su forma espigada y alta, se pueden plantar junto a un muro o cerco que los proteja del viento fuerte y les de soporte.
El suelo debe estar suelto y mullido y tener buen drenaje, idealmente libre de piedras o con muy pocas y pequeñas.
Los bulbos (cormos) se plantan a 10-15 cm de profundidad, una plantación muy superficial puede resultar en la caída de las plantas durante la floración, por lo que debe respetarse esta profundidad. Otro efecto de la plantación muy superficial es la producción de pequeños cormitos en abundancia, lo que resta al crecimiento del cormo madre.
La distancia recomendada entre plantas es de al menos 20 cm entre bulbos, pueden plantarse más distanciados, pero no menos, todo depende del diseño que se le quiera dar al jardín.
Cuidados
Si bien los gladiolos pueden soportar naturalmente las condiciones de sequía sin morir, esto no quiere decir que puedan florecer en esas condiciones. Si las plantas de gladiolo son expuestas a una sequía muy prolongada, o a una falta de luz solar durante el verano, no se inducirá la floración.
Como en todos los bulbos, siempre es deseable realizar fertilizaciones periódicas durante la etapa de crecimiento, esto ayudará a tener un crecimiento más vigoroso y una mejor floración. Se recomienda especialmente la suplementación con potasio una vez que se vean los primeros indicios de las espigas florales.
Almacenamiento
Una vez terminada la floración, las hojas se mantienen durante al menos varias semanas. Lo ideal es dejar que se sequen solas, de esta manera nos aseguraremos de que se completa el período de engorda del bulbo. Una vez que toda la parte aérea ha desaparecido se puede cosechar los bulbos, y almacenarlos en un lugar fresco y seco hasta la primavera siguiente.